sábado, 5 de diciembre de 2009

Propuesta de simulación y reflexión.

En esta actividad de role-taking o de simulación, Mar nos ha pedido que nos metamos en la piel de unos padres para entender mejor su situación y que así nos resulte más fácil empalizar con ellos.

Como nunca me he quedado embarazada y no se lo que eso significa, no puedo decir si yo he pensado o no desde una situación real cómo serán mis hijos. Aún así, yo soy de las que tengo muy claro que quiero ser madre. Cuando pienso en mis futuros hijos por supuesto que me he planteado cómo serán, pero no físicamente, porque por ahora no tienen padre al que parecerse, sino en si será tan fácil tenerlos como la visión idealizada que tenemos todos de hijos perfectos, que no dan guerra, que no tienen nunca problemas...

Obviamente sé que no va a ser así, y cuando pienso en los problemas que tendrán mis hijos, sé que lo más seguro es que uno de ellos sea que alguno de mis hijos sea celiaco. Por la sencilla razón de que es hereditario, pero como más que eso no puedo saber, en alguna ocasión me he planteado qué pasaría si tuvieran algún tipo de dificultad o problema añadido. Realmente, siempre llego a la misma conclusión, de todo lo que te toque siempre hay algo peor, por lo que nunca te va a tocar nada malo. Digo esto, porque no considero que tener un hijo sordo, o con cualquier otro tipo de dificultad sea un problema.

¿Qué diferencia hay entre tener un niño oyente a un niño sordo? Yo creo que ninguno, no veo problema, lo único que sé, es que será un hijo como otro cualquiera, con unas dificultades que nosotros tenemos que solucinar. Y con esto no quiero decir que por obra de magia pase a ser oyente de la noche a la mañana, no. Quiero decir, que si no oye, pues aprenderemos LSE, adaptaremos la casa a sus necesidades, explicaremos a la gente cómo se tiene que colocar para hablar con él, cómo tiene que llamarle... No creo que esto sea un problema. En mi opinión, un problema puede ser una enfermedad grave, que no le deje al niño a hacer su vida normal.

Sé que tiene que ser difícil aceptarlo, además, la primera reacción debe ser un poco complicada, porque no sabes cómo aceptarlo y puedes verlo como lo peor que te podía pasar en este mundo, pero creo, que si eres un poco objetivo y lo analizas, te das cuenta de que no es tan malo como te lo parece en un principio.

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